LG
ha presentado la renovación del G2 y ha vuelto a sorprender. Destaca su
pantalla de 5,5 pulgadas con resolución QHD (2560x1440 píxels), pero también el
resto del hardware: 2GB de RAM, 16GB de almacenamiento interno, lector de
tarjetas microSD, batería de 3.000 mAh extraíble... La tapa trasera cuenta con
un acabado metálico que lo diferenciará a simple vista (pero no al tacto) de
los terminales con los que compite salvo el HTC One.
Hay una versión con 3GB de RAM y 32GB de
almacenamiento interno que estará también disponible en los mismos colores:
blanco, negro y oro (el ya clásico de los gama alta). La cámara, con su
autofocus láser, la sitúa entre las más rápidas y con una buena precisión de
color, quedándose a la par, o ligeramente por detrás, que otras como la del
Xperia Z2 o iPhone 5s.
La pantalla es una clara desventaja, puesto que la
resolución QHD (2560x1440 píxels) no aporta mejoría al usuario con respecto a
la Full HD (1920x1080 píxels) pero sí que trae inconvenientes aparejados. Por
un lado mayor consumo, que se podría haber destinado a una duración de batería
mayor (el procesador tiene que mover 3,5 millones de píxels en vez de 2,07
millones). Pero también problemas de sobrecalentamiento, que hacen que el
brillo se autolimite al 90% después de un rato de funcionamiento para evitar
molestias al usuario y otros problemas. Por último, mover más píxels significa
un menor rendimiento gráfico en juegos, perdiendo casi 10 fps en las pruebas
GFXBench tanto Egypt HD como T-Rex HD. Si buscáis el mejor rendimiento, el
Galaxy S5, HTC One M8 o Xperia Z2 son claramente mejores.
Si tuviéramos este mismo diseño y hardware en un
tamaño más compacto (4,3 a 4,7 pulgadas) le reportaría muchísimos elogios a LG.
Espero que saquen su "G3 Compact" a lo Z1 Compact, y no un "G3
mini" descafeinado. Su precio de lanzamiento de 599 euros es el más bajo
de todos los gama alta.